¿Qué puedo hacer yo por la igualdad?

 Me he animado a realizar esta tarea voluntaria dentro del curso, porque la pregunta que titula esta entrada me lleva acompañando mucho tiempo. Una de las razones principales por las que me decidí a opositar  y convertirme en funcionaria pública fue el deseo de trabajar en algo que fuera útil para esta sociedad. La búsqueda de la igualdad y la lucha contra cualquier clase de discriminación han sido un motor para mí, especialmente en lo referente a hacer algo útil por la ciudadanía con la que convivo.

En el ámbito personal también he buscado siempre esa igualdad efectiva entre hombres y mujeres, desde mis propios proyectos, hasta mis conversaciones más cotidianas. Aunque tengo menos de 30 años, en mi niñez vi en medios y en mi vida personal muchas situaciones de injusticia hacia las mujeres, que aún hoy continúan; pero a las que hoy les puedo poner nombre. Cuando era niña solo podía entender que había ciertas cosas que no me gustaban o me parecían injustas, sin saber muy bien porqué. Pero un día me puse las gafas moradas, no sé si de forma abrupta o poco a poco y todo cambió. En parte para bien, porque empecé a comprender, a llamar a las cosas por su nombre. Pero, por otro lado, en ciertas ocasiones me hubiera gustado ser menos consciente de que muchos comportamientos a mi alrededor son totalmente machistas, porque cuando soy consciente y lo digo en voz alta generalmente se genera un debate en torno a la situación, que a veces no me apetece tener. Con el tiempo, creo que he aprendido a hablar desde una posición más sosegada para poder exponer los argumentos, aunque hay situaciones en las que es muy complicado mantener una posición tranquila. No obstante, también es algo que he aprendido gracias al feminismo y a la búsqueda de la igualdad, no siempre tengo que exponer mi situación desde una perspectiva calmada, tengo derecho a enfadarme y mostrarme más irascible de vez en cuando. Porque a las mujeres se les ha inculcado un rol complaciente y sosegado y a los hombres un rol más agresivo, que en la realidad no tienen nada que ver con la pluralidad de caracteres que existen dentro de mujeres y hombres.

Hecha la reflexión de lo que ha supuesto la búsqueda de la igualdad en mi vida, paso ahora a analizar que puedo hacer yo por la igualdad. En primer lugar, como empleada pública creo que es esencial seguir formándome en esta materia, y ser muy consciente cuando desempeño mi trabajo que debo tener en cuenta la perspectiva de género si quiero ofrecer un servicio público justo para el conjunto de la ciudadanía. En segundo lugar, como ciudadana, creo que es esencial seguir abriendo espacios de debate, continuar con una visión protagonizada por las gafas moradas, comprendiendo mis propios procesos personales y el de resto de personas para lograr alcanzar la igualdad. Teniendo también muy presente que hay personas que sufren de una discriminación múltiple y que deben ser partícipes en todos los espacios públicos para poder luchar contra esa discriminación desde un rol protagonista. Y también seguir cuestionándome pensamientos e ideas que tengo interiorizados y que muchas veces también son machistas. Seguir replanteándome de dónde vienen mis pensamientos, si tienen una razón objetiva o parten de una construcción social. A veces es fácil detectar ese tipo de pensamientos en los que nos domina el propio machismo interiorizado, y el detectarlo de manera rápida facilita que lo desechemos también de manera rápida. Sin embargo, existen otros pensamientos y acciones tan machistas como sutiles, por lo que es imprescindible seguir trabajando desde una misma para poder construir un pensamiento y una forma de actuar que busque la igualdad.

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